Articulos

sábado, 27 de abril de 2013

Silver Spring to Wheaton

Como ya sabéis casi todos, mis dos aficiones es Escribir (aunque no sea un buen escritor) y Correr (aunque llegue de los últimos), son dos cosas que me hacen sentirme libre y feliz en esta vida. Es por ello, que a 5.000km de distancia de mi familia, hoy a las 9:00h local (15:00h en Jerez) me cuelgo mi equipación Fronter, mis zapatillas y comienzo a correr. Mientras corro, vuelo con mi imaginación y no es la tierra lo que piso sino las nubes. Además es cuando más cerca de los míos me siento, porque sé que cuando llegue a mi apartamento, estarán allí esperándome como de costumbre, para leerles un cuento, para pelearme con ellos para que se acuesten y me dejen un ratito a solas con mi mujer.... Cada paso, en cada zancada me hace sentir vivo, pensando en ellos y en todos los amigos que aunque los vea pocos, sé que ahí están.

El trayecto algo sencillo y aburrido, linea recta durante 30min y vuelta a tras por el mismo recorrido para no perderme. Desde Silver Spring hasta Wheaton, aproximadamente 5km ida y 5km vuelta, total unos 12km, con unas vistas preciosa, tres carriles para cada sentido, semáforos, coches... que asco.

 
La primera parte del recorrido fui algo despacio para saber que podía volver. Tranquilo y mirando al rededor, las casas, los postes eléctricos... nada en particular. Entre casas y casas muchos árboles, la verdad que tienen madera para lo que quieran. Por el trayecto veo varias iglesias, muy bonitas por cierto. Un poco mas adelante veo un Wash Car, diez tíos limpiando un coche, y luego otro... Sigo corriendo y observo a lo lejos un edificio alto, miro el reloj y fijo mi objetivo en él, está cerca puedo llegar!. Poco a poco el edificio se va haciendo mas grande y conforme me aproximo, las sensaciones de correr son mejores, pensaba que iba a estar cansado. Cuando llego al lugar, miro el cartel, es un pequeño pueblo llamado Wheaton. Aunque de un pueblo al otro, nunca se sale de las zonas edificadas. Aquí todo es enorme y parece que nada tiene fin. Me doy la vuelta y vuelvo por el mismo camino (nunca me ha gustado volver por el mismo sitio). La vuelta se hace mas rápida porque me siento genial, es importante no parar en los entrenos, y ya llevo varios días saliendo. Llego antes de lo previsto, casi no me doy cuanta y tengo ganas de seguir corriendo, así que decido seguir un poco mas, hasta el centro de Silver Spring. Allí me hago un foto, al primer guiri que veo (nunca aprenderé ingles) y regreso nuevamente. La vuelta era muy corta así que hago un soberbio spring para cansarme algo mas. Regreso a los apartamento The Point at Silver Spring y antes de subir, me acerco al gimnasio para estirar un poco, relajar músculos y como siempre digo, para evitar lesiones... Una vez recuperado del aliento del último esfuerzo, me doy cuenta que apenas si estoy cansado, pero no debo abusar y menos aquí.



Una vez relajado los músculos y tendemos, subo a mi apartamento, la imaginación se escabulle y caigo en picado de la nube volviendo a pisar la tierra. Abro la puerta del apartamento y la soledad invade mi alma, no hay nadie esperándome, ¿dónde están los míos?, ¿qué hago yo aquí?, pero se que pronto regresaré y los veré, que allí estarán con los brazos abiertos mi Pili, mi Miguel y mi David, con algún que otro regalito para ellos... para leerles un cuento, para pelearme con ellos para que se acuesten y me dejen un ratito a solas con mi mujer.



Bueno, no estoy tan sólo, tengo unos compañeros que son geniales tanto en lo profesional como en lo personal y por lo menos saben ingles mejor que yo el español. Ya sólo me queda una semana y media para regresar y muchos se preguntarán que hago yo aquí. Pues nada, hacer una planificación para la construcción de un edificio de oficinas en NASA´s Goddard Space Flight Center para que los Americanos puedan buscas extraterrestres el día de mañana. Extraterrestres, jajajaja, que manera de perder dinero y tiempo...

domingo, 14 de abril de 2013

I Trail Fronter "Por Mi Libertad"



Como dos Guerreros en la Tierra Media, MaToro y Pedro de la Tribu los Fronter se dispusieron a hacer una épica aventura por la Sierra de Grazalema, entre subidas y bajadas, en busca de la respuesta a la Gran Pregunta, ¿Por qué Corremos?


La aventura comenzó en Benaocaz a las 8:00 de la mañana. Los inicios del recorrido fueron a través del Barrio Nazarí con una gran subida, ¿si esto es el principio, como terminaremos?- se preguntaron. Una vez arriba, parada obligada para hacer… y siguieron avanzando cruzando el Arroyo Pajaruco. La zona estaba enfangada y todo era cuesta arriba. Llegaron a Casa Fardala y su camino debía de haber seguido por el Puerto de La Víbora para hacer los 24km que se proponían, pero decidieron hacer una ruta alternativa girando hacia la izquierda. Pasaron por los Santos Lugares, tramo recto y ahora tocaba bajar. Entre vacas que se apartaban, se perdieron, pero rápidamente localizaron la Casa Dornajo y el Árbol del Dornajo, un árbol luchando contra el tiempo y cuyas raíces estaban por encima de la tierra, a punto de caerse. Pedro se acercó y le preguntó - ¿Qué haces todavía aquí?-. El árbol le contestó- Luchando Por mi Libertad, y vos ¿qué hacéis por aquí?-. Pedro miró a MaToro y éste le contestó- dile que igual que él-. Le desearon suerte y reanudaron la marcha.

Siguieron avanzando, algo cansados pero alegres, las vistas que vieron no tenían precio y la respuesta ya estaba contestada. Poco a poco el terreno tendía a subir pero se podía correr, así que surcaron el borde del Puerto de Las Presillas. Luego, vuelta a bajar, al nacimiento del Guadalete y llegaron al Puerto del Boyar. Misión cumplida, objetivo logrado, ahora tocaba volver y proclamar la misión, la Respuesta. Cuanto mas cansados estaban, cuanto mas esfuerzo realizaban, mas libres se sentía.
El camino de vuelta era más sencillo, El Salto del Cabrero. El primer tramo, era el mejor de todos, podían estirar las piernas y correr libremente. Se sentían libres como los Coroballos en su valle. Ahora eran las cabras las que se apartaban del camino. Aunque el camino era más llano, tenían que ir con prudencia, el riesgo aun era parpable. En una bajada fácil, MaToro tropezó y cayó al suelo. Entre arañazos se levantó y continuaron la marcha. Vuelta a subir y observaron todas las montañas que les rodeaban ¡que vistas!. Llegaron a la pradera del Puerto de Don Fernando y otra bajada complicada. Ya desde lejos se divisaba el fin del camino, Benaocaz.

Cerca del final del recorrido, cruzaron un Puente Romano por donde surcaba el arroyo que cruzaron al principio y finalmente consiguieron llegar al inicio de la aventura. Con un total de 17km, 2:20hr, desnivel  739m y altitud máxima 1.297m, con la extraña sensación de haber podido hacer el recorrido planeado inicialmente de 24km. Los 17km supieron a poco, pensaron. El trayecto por la Charca Verde y los Llanos del Endrinal se retomará en otoño, vendrán más Fronter y se volverá a formular la pregunta inicial. ¿Por qué Corremos? ¡Por Mi Libertad!

Crónica realizada por MaToro