Como dos Guerreros en la Tierra Media, MaToro y Pedro de la Tribu los Fronter se dispusieron a hacer una
épica aventura por la Sierra de Grazalema, entre subidas y bajadas, en busca de la
respuesta a la Gran Pregunta, ¿Por qué Corremos?


La aventura comenzó en
Benaocaz a las 8:00 de la mañana. Los inicios del
recorrido fueron a través del Barrio Nazarí con una gran subida, ¿si esto es el principio, como
terminaremos?- se preguntaron. Una vez arriba, parada obligada para hacer… y siguieron avanzando cruzando el
Arroyo Pajaruco. La zona estaba enfangada y todo era cuesta arriba. Llegaron a
Casa Fardala y su camino debía de haber seguido por el Puerto de La Víbora
para hacer los 24km que se proponían, pero decidieron hacer una ruta
alternativa girando hacia la izquierda. Pasaron por los Santos Lugares, tramo
recto y ahora tocaba bajar. Entre vacas que se apartaban, se perdieron, pero rápidamente
localizaron la Casa Dornajo y el Árbol del Dornajo, un árbol luchando contra el
tiempo y cuyas raíces estaban por encima de la tierra, a punto de caerse. Pedro se
acercó y le preguntó - ¿Qué haces todavía aquí?-. El árbol le contestó-
Luchando Por mi Libertad, y vos ¿qué hacéis por aquí?-. Pedro miró a MaToro y éste le contestó- dile que igual que él-. Le desearon suerte y reanudaron la marcha.
Siguieron avanzando, algo
cansados pero alegres, las vistas que vieron no tenían precio y la respuesta ya
estaba contestada. Poco a poco el terreno tendía a subir pero se podía correr,
así que surcaron el borde del Puerto de Las Presillas. Luego, vuelta a bajar, al
nacimiento del Guadalete y llegaron al Puerto del Boyar. Misión cumplida,
objetivo logrado, ahora tocaba volver y proclamar la misión, la Respuesta. Cuanto mas cansados estaban, cuanto mas esfuerzo realizaban, mas libres se sentía.
El camino de vuelta era más
sencillo, El Salto del Cabrero. El primer tramo, era el mejor de todos, podían estirar las piernas
y correr libremente. Se sentían libres como los Coroballos en su valle. A
hora eran
las cabras las que se apartaban del camino. Aunque el camino era más llano, tenían que ir con prudencia, el riesgo aun era parpable. En una bajada fácil, MaToro tropezó y
cayó al suelo. Entre arañazos se levantó y continuaron la marcha. Vuelta a subir y
observaron todas las montañas que les rodeaban ¡que vistas!. Llegaron a la pradera del Puerto de
Don Fernando y otra bajada complicada. Ya desde lejos se divisaba el fin del
camino, Benaocaz.
Cerca del final del recorrido,
cruzaron un Puente Romano por donde surcaba el arroyo que cruzaron al principio y finalmente consiguieron
llegar al inicio de la aventura. Con un total de 17km, 2:20hr, desnivel 739m y altitud máxima 1.297m, con la extraña
sensación de haber podido hacer el recorrido planeado inicialmente de 24km. Los
17km supieron a poco, pensaron. El trayecto por la Charca Verde y los Llanos del Endrinal se retomará en otoño, vendrán más Fronter y se volverá a formular la pregunta inicial. ¿Por qué
Corremos? ¡Por Mi Libertad!
Crónica realizada por MaToro
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